Creo que esta frase la hemos escuchado… o dicho todos por lo menos en alguna ocasión.

Especialmente cuando se habla del temperamento. Sabemos que todos nacemos con uno de los diferentes temperamentos o una combinación de ellos y que no podemos cambiarlo. El asunto es que nuestro temperamento nos puede afectar en nuestras relaciones y dañarlas hasta permanentemente.

Y ¿entonces que hago? en realidad si queremos tener relaciones saludables, hemos de trabajar constantemente en la conquista y el control del temperamento.

La verdadera madurez tiene mucho que ver con la capacidad para manejarlo adecuadamente.

Muchos usualmente dicen frases como … “Es que yo así soy de carácter fuerte” la verdad es que el ser iracundo no tiene nada que ver con mucho carácter, sino todo lo contrario. Si no hay suficiente formación de carácter no se podrá poner al temperamento bajo control.

Descubramos cual es nuestro temperamento, sus ventajas y sus lados débiles e iniciemos un hacia la conquista de nuestro temperamento.