La amargura

como no ser víctima

La amargura es una actitud de ira y hostilidad extendidas e intensas, las cuales suelen ir acompañadas del resentimiento y el deseo de venganza.

La actitud amarga es el resultado de no perdonar a una persona que nos ha ofendido, esto hace que el dolor y la ira vayan creciendo de manera tal que llegan a amargar la vida de la persona ofendida.

Es obvio que todos podemos tener un mal día y tener malos pensamientos, pero eso es diferente a sumergirnos en ellos sin intentar mirar el lado positivo de las cosas. Los malos pensamientos, la queja interna, la antipatía, animadversión, el descontento y todos estos pensamientos nos generan amargura y a la larga nos hace daño a nosotros mismos.

Características de la amargura:

Para identificar si la amargura se ha colado en nuestra vida, les vamos a compartir las ocho actitudes más comunes que distinguen a las personas amargadas.

  • Resentimiento Enojo desordenado hacia otros o hacia sí mismo, hacia la vida, hacia quien logre más o incluso hacia Dios).
  • Pensamientos obsesivos de venganza.
  • Sarcasmo. Se burla de manera sutil de personas o situaciones).
  • Comentarios críticos, desagradables o destructivos.
  • Auto-justificación. Busca la manera de convencerse de que son correctas las malas acciones. 
  • Conflictos con terceros. En algunas ocasiones se escuda en causas de defensa social para justificar su actitud beligerante.
  • Hostilidad. Se enemista fácilmente aún no habiendo una razón válida o comprobada, valiéndose de argumentos creados por su propia percepción.
  • Una tendencia conflictiva es una de las características en sus relaciones.
  • Actitud controladora. Siente la necesidad de estar el control y si no está en control o las otras personas no se someten las envista en su categoría de enemigos de ella mismo o hasta de los demás involucrándose en campañas de desprestigio o mala voluntad.
  • Envidia. Ve con malos ojos a quien percibe que ha tenido mejor fortuna que la que percibe haber tenido él mismo. Esta le corroe a tal grado que busca la manera de desearle el mal.

Ahora veamos algunas causas de la amargura:

  • Ira no resuelta: Cuando nos enojamos es probable que nos airemos y si no resolvemos dicha ira ésta se convierte en amargura.
  • Incapacidad para el duelo: Las relaciones que no cumplen con nuestras expectativas pueden causarnos sensación de tristeza y pérdida, lo cual puede traer como resultado la amargura. 
  • Necesidad de Control: Cuando los demás no hacen lo que esperamos o queremos no solemos amargar, pero debemos tener presente que nosotros no podemos controlar ni obligar a los demás a que hagan lo que queramos, por lo tanto tenemos que olvidar eso y seguir adelante.
  • Dolor convertido en sufrimiento: Cuando las personas han convertido el dolor en sufrimiento y este los acompaña constantemente, tienden a desear que otros también sufran como ellos o tengan la misma “mala suerte” que ellos, no solo deseándoles el mal sino procurándoles el mal.

Obviamente no nos enfocaremos solo en ver las características o las razones de la amargura. Para nosotros es más importante aprender a sanar la amargura, evitando así arruinarnos la vida, enfermarnos físicamente y convertirnos en seres antisociales.

Sí, si hay solución a la amargura:

  • Perdonar. Posiblemente a la persona a quien usted expresa su amargura no le ha hecho ningún daño directo. Es importante hacer un listado de las personas que le han herido o hecho daño y perdonarlas.
  • Reinterpretar la experiencia que nos genero la amargura. Muchos hemos sufrido demasiado en la infancia, nos hemos sentido decepcionados o simplemente hemos deseado tener cosas que no pudimos tener. Re-significar estas experiencias nos ayuda a lograr que tengan un efecto totalmente opuesto.
  • Sacar el odio y rencor del corazón. Identifiques qué necesita sanar y quién necesita ser perdonado, y por qué acción. Consideres unirte a un grupo de apoyo o ver a un consejero. Aceptes las emociones causadas por el daño que te hicieron y cómo afectan tu comportamiento, y te esfuerces en dejarlas atrás. Elijas perdonar a la persona que te ha ofendido.

Algo para pensar: 

Busquemos la paz con todos, demos gracia así como la recibimos. No permitamos que ninguna raíz de amargura brote en nosotros, nos intoxique y por ello muchos sean contaminados.

Sembremos lo que deseamos cosechar y aprendamos a perdonar, ya quetodos nosotros también por algo necesitamos ser perdonados.

"La amargura destruye más a quien la porta que a se le dispara con ella”

Ben Sánchez