“Cuidemos nuestros pensamientos y ellos nos cuidarán a nosotros”

Ben Sánchez

Estudios clínicos nos revelan que una baja autoestima mantenida en el tiempo nos hace mucho más vulnerables a la depresión. El no aceptarnos y carecer de sentimientos positivos hacia el propio ser nos va dejando sin recursos psicológicos.

Los investigadores de la psicología de la personalidad, siempre han mostrado un gran interés por la relación entre autoestima y depresión. La pregunta es: ¿es la autoestima un factor capaz de promover la depresión? ¿O es la propia depresión la que acaba minando la propia autoestima?

Queda claro, que las depresiones tienen un origen bastante difuso y multifactorial. Sin embargo, nadie puede negar que la baja autoestima da como resultado una baja efectividad a la hora de afrontar y gestionar los problemas más simples. 

El cristal de los lentes por la cual observa el mundo la persona con una autoestima débil suele ser, bastante oscuro.

El modelo de la vulnerabilidad

Según el modelo de la vulnerabilidad hay personas con un perfil de la personalidad caracterizado por una autoestima habitualmente baja. De acuerdo con este punto de vista, este patrón psicológico procesará los eventos de la vida de forma negativa. Asimismo, carecerá también esa habilidad tan básica como es la resiliencia.

• Ellos mismos son promotores muchas veces de una realidad de la cual defenderse, de la cual desconfiar y en la que posicionarse siempre como víctima o actor secundario en lugar de concebirse como protagonistas de sus propias historias.

• En muchos casos, las personas con baja autoestima intentan no refutar sino verificar su autoconcepto negativo prestando mayor atención y relevancia a los propios comentarios negativos de las personas en su entorno.

El modelo de cicatriz

Vamos ahora a la visión opuesta. Según el estudio antes citado, se pudo ver que la propia depresión, es a menudo quien da forma a la baja autoestima. Todos estos sentimientos desesperados, negativos y desgastantes que orbitan en la mente depresiva, son los que minan de forma directa la autoestima.

La Asociación Americana de Psicología (American Psychological Association, APA) lo tiene claro: una autoestima débil es un factor de riesgo más a la hora de desarrollar diversos trastornos psicológicos, entre ellos la depresión.

“Cuidemos nuestros pensamientos y ellos nos cuidarán a nosotros”

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