Es la habilidad de ponerse en los zapatos de el otro, o ver las cosas desde su perspectiva. Es ver con los ojos de otro, escuchar con sus oídos y sentir con sus sentidos.

La empatía es también la intención de comprender los sentimientos y emociones de los demás. Recuerdo haber estado en diferentes situaciones en las que he necesitado de la empatía de los demás. De su flexibilidad y capacidad para posicionarse en mi lugar y ponerse los lentes con los que yo veo las cosas. Definitivamente he necesitado de la empatía de los demás.

Es de la empatía que nacen todas las virtudes humanas:

El Afecto, compasión, consuelo, simpatía, alegría, amistad, felicidad, consenso, equilibrio, deseo de agradar, compartir, satisfacción interna, colaboración, confianza, honestidad y otras más.
Las persona virtuosas, son personas agradables, positivas, constructivas. Todo mundo desea estar cerca de ellas, trabajar con ellas, adoptar su visión y su misión.

La empatía y la felicidad:

Todos recibimos lo que damos, cosechamos lo que sembramos, y sabiendo que no somos perfectos, necesitaremos la empatía de los demás. Necesitaremos de su flexibilidad, de su comprensión. Necesitaremos que vean las cosas tan claras como las vemos y en ocasiones hasta que no vean lo que nosotros son vemos. El ser empáticos nos produce felicidad, ya que no nos preocupamos con aquellas cosas con las que no estamos de acuerdo o no podemos comprender, sino por comprender  «desde el punto de vista del otro» sin que necesariamente esto le dé la razón.

La empatía y la influencia:

La empatía nos acerca a la gente, nos permite conectarnos con ellos a un nivel más profundo y por lo tanto esto hace que nos regalen el derecho de influenciar sus vidas de manera positiva. Nos permiten influenciarlos, dirigirlos y aconsejarles ya que pueden notar que estamos sinceramente interesados en comprenderles y ayudarles viendo desde su perspectiva y no desde la nuestra.

La empatía y el éxito:

Lograr las metas profesionales, no solo requiere de conocimiento, sino de habilidades sociales, ya que los vínculos relacionarles con otras personas influyen en nuestro éxito. La convivencia con los demás es indispensable ya que son los demás los que ayudarán a abrir o a cerrar las puertas de la oportunidad.
Entonces, si hemos de ser personas exitosas, primero hemos de ser personas sociales y las personas sociales son personas empáticas.
Para triunfar no se requiere tener la razón, sino tener gente que crea tu razón y para tener gente hay que amar a la gente.

“Si los juzgas no los podrás amar y si los amas no los podrás juzgar” – Ben Sánchez